Construir relaciones forma parte de la vida. De hecho,
las relaciones son una increíble fuente de bienestar, nos brindan el apoyo que
necesitamos en los momentos difíciles y nos regalan alegría. Sin embargo, hay
ocasiones en que las relaciones no nos aportan nada positivo, al contrario, se
convierten en una fuente de estrés y sufrimiento. Esto nos sucede cuando nos
relacionamos con personas tóxicas, personas que nos roban nuestra energía y
entusiasmo, afectando profundamente nuestro equilibrio emocional.
Hoy
voy a hablar de este tipo de personas,
esas que parecen irrefrenables e incorregibles, que creen en su interior que ellas
están bien, que tienen la razón y justifican el que obren como lo hacen.
Las
llamaremos personas “tóxicas”. Las puedes encontrar en cualquier lugar. Puede
tratarse de tu jefe, un amigo, hermano, o incluso tu pareja. Puedes reconocer a
una persona tóxica por distintos factores, los más comunes son que en forma
continua habla de temas negativos, en vez de halagarte por algo, encuentra el
punto negro, no acepta en primera instancia una opinión o sugerencia, es
hiriente, agresivo, inflexible y se exalta fácilmente si lo contradices y esto
es, por supuesto, porque siempre tiene la razón.
La manera en la que te puede afectar una persona
tóxica puede variar de persona a persona, pero con una persona tóxica te
sientes ignorado ya que sólo habla de sí misma o lo mal que están los demás y
generalmente hay tensión que, si el trato es cotidiano, puede volverse casi un
reflejo. Tal vez ni te des cuenta que te pones nerviosa y tensa cuando llega
esa persona. Tal vez sientas un alivio cuando se va. Puedes incluso llegar a
sentirte mal, muy mal, y al dejar a esta persona te llevas de regalo un dolor
de cabeza o estómago quiere decir que estás con una persona tóxica.
Estas personas tóxicas están
reflejando el mundo que vive en su interior: negatividad, resentimiento,
envidia, celos, crítica, frustración, baja autoestima, inseguridad, necesidad
de ser reconocidos, aprobados y ser importantes. Por desgracia lo que consiguen
con su actitud es justamente lo contrario. Las personas tienden a alejarse de
ellos y ser cautelosos e incluso sentir miedo o muchísima tensión porque la
relación se torna difícil muy seguido.
¿Por qué caemos en las redes de una persona tóxica?
A veces nos involucramos con
personas tóxicas, sin apenas darnos cuenta. De hecho, se trata de un problema
bastante usual ya que no siempre somos capaces de captar a la primera las
verdaderas intenciones de la persona. ¿Por qué?
- Estás en una etapa vulnerable. Si te has mudado de ciudad o has perdido a una persona querida, es probable que te sientas solo y estés atravesando por una fase en la que eres particularmente vulnerable. Tener a alguien a tu lado, una pareja o un amigo, sería de gran ayuda, por lo que es normal que bajes las defensas y dejes entrar en tu vida a las personas tóxicas.
- Han alimentado tu ego. Las personas tóxicas son excelentes manipuladores, por lo que en un primer momento suelen mostrarse solícitas y encantadoras. De hecho, es probable que se hayan introducido en tu vida diciéndote lo que deseabas oír, cuando nadie más estuvo dispuesto a hacerlo. Al colmar alguna de tus expectativas, tu ego creció y te impidió ver la realidad, convirtiéndose en una especie de cristal a través del cual veías solo los aspectos positivos de esa relación.
- Quieres obtener aprobación. Desear agradar a toda costa, en la búsqueda de la aceptación de los demás, suele conducir a establecer relaciones tóxicas. En este caso, la persona se da cuenta de que el otro es un manipulador pero no encuentra la manera de deshacerse de sus redes porque cree que cualquier negativa por su parte, le hará parecer descortés o le privará de la aprobación que tanto necesita.
¿Cómo reconocer a las personas tóxicas?
Cuando la persona tóxica es
alguien cercano, como un amigo, un familiar o incluso nuestra pareja, es
difícil reconocerle ya que los sentimientos nos juegan una mala pasada. Sin
embargo, compartir nuestro día a día con una persona así puede llegar a ser muy
desgastante y, a la larga, terminará por contagiarnos su negatividad. Por eso,
el primer paso para ponerle fin a ese tipo de relación, consiste en ser
conscientes de que se trata de una persona tóxica.
- Se centra siempre en el lado negativo de las cosas
Es normal que en ocasiones
miremos la vida con un prisma negativo, sobre todo cuando las cosas nos han
salido mal. Sin embargo, hay personas profundamente pesimistas, que siempre ven
el vaso medio vacío, que no son capaces de apreciar los aspectos positivos sino
que siempre se centran en los errores y problemas. Obviamente, tener a este
tipo de personas tóxicas a nuestro lado puede ser desgastante y muy desmotivador
porque terminaremos contagiándonos con su negatividad.
2. Nunca escucha tus problemas
Se trata de la típica persona
que acude a ti cada vez que tiene un problema pero que no está dispuesta a
escuchar tus dificultades y brindar apoyo emocional. Esta persona espera que
estés a su lado cuando lo necesite pero no está dispuesta a brindar su ayuda.
De hecho, es probable que le estés contando tus problemas y termines
compadeciéndote de los suyos, que son infinitamente menores. Obviamente, una
persona así solo traerá más carga a tu vida y te hará sentir solo.
3. Siempre está dispuesta a
señalar tus defectos
Todos tenemos defectos y, en
ocasiones, tener a una persona al lado que sea honesta y los señale, es
importante para crecer y superarnos. Sin embargo, la línea entre la honestidad
y la hipercrítica es muy sutil y se puede traspasar con facilidad. Una persona
que siempre esté dispuesta a señalar tus errores y defectos, que siempre tiene
la crítica preparada, pero a la que le cuestereconocer tus logros y aptitudes,
es una persona tóxica que, en vez de ofrecerte el apoyo que necesitas, minará
tu autoestima y autoconfianza.
4. Te saca de quicio a menudo
Es normal que en las
relaciones interpersonales, haya momentos de fricción, dados por los
desencuentros de opiniones e intereses. Sin embargo, las personas tóxicas
siempre se las arreglan para molestarte y hacer que termines experimentando
emociones negativas, ya sea porque te has enfadado o porque te sientes
culpable. Si cada vez que te encuentras con una persona, pierdes tu equilibrio
emocional y terminas sintiéndote mal, es probable que se trate de alguien tóxico
que no necesitas tener en tu vida.
5. No tiene en cuenta tus
sentimientos
La mayoría de las personas
tenemos un mínimo de empatía ya que se trata de una habilidad esencial para
sobrevivir en nuestra sociedad. La empatía no solo nos permite ponernos en el
lugar del otro sino también equilibrar nuestras palabras y actitudes, para no
dañar a nuestro interlocutor. Sin embargo, a la persona tóxica no le interesan
tus sentimientos, por lo que no tiene reparos en pisotearlos porque su
prioridad absoluta es ella misma.
6. Te presiona para que hagas
cosas con las que no te sientes a gusto
Las personas tóxicas son
profundamente egoístas, por lo que no suelen tener reparos para presionarte y
recurrir al chantaje emocional, con tal de lograr su objetivo. Esta persona
siempre vela por sus intereses y nunca está dispuesta a dar su brazo a torcer,
por lo que recurre a diferentes métodos de manipulación para presionarte y
lograr que tomes decisiones que van en contra de tus valores, necesidades y
deseos. De hecho, si no estás atento, puedes terminar atado de pies y manos,
viviendo una vida que no te apetece, solo porque la persona que se encuentra a
tu lado te presiona continuamente.
7. Te llena de dudas
De vez en cuando, es necesario
tener a un Pepito Grillo que nos indique los riesgos que tendremos que afrontar
al tomar determinadas decisiones. Sin embargo, hay personas que solo son
capaces de ver las dificultades y su único objetivo es sembrar las dudas. No se
trata de la típica persona cauta sino de alguien que emprende la vida con
miedo, que no se atreve a salir de su zona de confort y que no quiere que los
demás lo hagan. Por eso, se dedica constantemente a boicotear cualquier
proyecto, sembrando la inseguridad. Estas personas son especialistas en cortar
las alas y borrar los sueños.
8. Traspasa continuamente tus
límites
Existen personas profundamente invasivas, que no respetan tus derechos y cruzan continuamente tus líneas
rojas. Es como si siempre estuvieran tensando la cuerda, para comprobar hasta
dónde puede llegar tu paciencia. Estas personas invaden continuamente tu
espacio personal, te roban el tiempo, y esperan que siempre estés dispuesto a
responder cuando te necesitan, si no lo haces, es probable que recurran a la
manipulación emocional para hacerte sentir culpable.
9. Nunca asume su
responsabilidad
Una persona que nunca asume su
responsabilidad, que tiene un locus de control externo, es alguien difícil de
manejar porque siempre estará quejándose. Como la responsabilidad nunca es
suya, siempre estará buscando chivos expiatorios en los cuales depositar la
culpa, por lo que no es extraño que te conviertas en uno de ellos. Se trata de
niños pequeños, personas que no han madurado y que ponen toda su
responsabilidad sobre tus espaldas, haciendo que cargues un fardo que no te
corresponde.
10. Se resiste a cambiar
En muchas ocasiones, cuando
queremos mantener determinadas relaciones, nos vemos obligados a cambiar, es un
proceso normal a través del cual nos adaptamos al otro. Sin embargo, en una
relación, es necesario que ambos cambien, que cada cual recorra una parte de la
distancia que le separa del otro. Si una de las personas nunca está dispuesta a
dar su brazo a torcer y no quiere cambiar, o ni siquiera lo intenta, entonces
es mejor dejar de lado esa relación porque no existe compromiso ni voluntad
para que la relación funcione.
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